La menopausia no es una enfermedad. Es una etapa natural de la vida, un cambio profundo en el cuerpo… y en la vida emocional también. Sin embargo, durante años se ha medicalizado o minimizado, dejando a muchas mujeres sintiéndose incomprendidas, “locas”, o rotas. Desde la psicoterapia emocional sistémica proponemos mirarla desde otro lugar: con compasión, conexión y sentido.
¿Qué está pasando conmigo?
Durante la menopausia, los cambios hormonales impactan en el sueño, el apetito, la energía sexual y, por supuesto, en el estado de ánimo. Pueden aparecer emociones intensas o contradictorias: tristeza, irritabilidad, euforia, miedo, apatía. No son signos de debilidad ni desequilibrio mental. Son respuestas legítimas a una reorganización física, psicológica y vital.
Desde una mirada sistémica, entendemos que las emociones en esta etapa no surgen solo del cuerpo, sino también del contexto:
- Hijos que crecen o se van
- Duelo por la fertilidad o por el paso del tiempo
- Transformaciones laborales o de pareja
- Replanteamiento del sentido de vida
- Cambios en el cuerpo y la imagen corporal
Todo esto puede remover dinámicas familiares, reabrir viejas heridas o generar preguntas existenciales. Lejos de ser un “desequilibrio”, muchas veces es una invitación a la autenticidad.
De la culpa a la conciencia
La cultura occidental nos ha enseñado a temer el cambio, a ocultar el envejecimiento, a no hablar del cuerpo cuando deja de responder como antes. La menopausia queda así silenciada, envuelta en prejuicios. Desde la terapia emocional sistémica proponemos lo contrario: ponerle voz, legitimarla, integrarla.
No se trata de “controlar los síntomas” sino de entender qué están expresando esas emociones. A veces, una tristeza profunda puede señalar necesidades no escuchadas. O una irritación persistente puede estar poniendo límites donde antes había silencios.
¿Qué puede ayudar?
- Acompañamiento psicológico: no desde la etiqueta ni el diagnóstico, sino desde el vínculo. Un espacio donde puedas revisar tu historia, entender tus emociones y reconectar contigo misma, aprendiendo de los cambios vitales y de tus necesidades actuales
- Red de apoyo: hablar con otras mujeres, compartir experiencias, romper el aislamiento. Sentirte acompañada cambia todo, habla con tu pareja para que pueda acompañarte en esta nueva etapa
- Escucha interna: ¿Qué necesitas? ¿Qué estás dejando de lado? ¿Qué parte de ti está pidiendo salir?
- Revisar el lugar que ocupas en tu familia: ¿Estás sosteniendo más de lo que te toca? ¿Puedes reconfigurar tu rol? ¿Estas echando en falta algo?
Menopausia no es final, es un cambio vital
Esta etapa puede vivirse como una pérdida, pero también como una transición hacia una vida más plena. Muchas mujeres redescubren pasiones, se liberan de exigencias impuestas y se reconectan consigo mismas. La clave no está en “curarse” de la menopausia, sino en escucharse profundamente durante ella.
Mónica Fraca, Psicóloga
Directora área de Psicología Psicólogos Pozuelo